En movimiento ascendente prepara su ceja para estallar. El recorrido es claro, la mancha se esparce, la basura deviene basura. Aparecen sus dientes, encuentra sus manos. Observa a derecha y luego a izquierda, diversificando sus miradas, multiplicando sus ojos hasta que uno, el más juguetón, se le cae de la cara. Estallan los aplausos.
Respirando hondo
Casi sin darse cuenta
De cabeza en cabeza va saltando la velocidad más triste de su mirada. Mujer sonido, hermosea el sudor canela de su piel, envidia de sí misma. Entierra con párpados a quien se profesa ante sus pestañas. Cuando abre los ojos, él sigue allí, el muy persistente. Acaso no es amor, acaso no es insistencia, acaso no es lo mismo, acaso es todo eso junto y algo mezclado.
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