Comenzó sacándose
una espina, por lo que dolía.
Luego se dio cuenta
que era una pequeña uña.
Una pequeña una.
Que era una.
Una sola.
Sola.
Sí.
Se dijo sí.
Se miró al espejo.
Trató de contener
la sonrisa.
Trató de contener
la desnudez.
Respiró hondo, hasta el otro lado del espejo.
Pensó que
continuar haciéndolo era algo bueno.
Y comenzó a
acostumbrarse a lo cálido de ella misma.