Agitando monigotes


¿Alguien dudó, acaso, de las verdaderas intenciones de un contubernio semejante? Bueno, quizás habría que haberlo pensado antes. Era cuestión de tiempo para que decidieran manchar sus manos de felpa y, pudriéndose de rencor, alzar sus piolines en clara señal de protesta. Y si acaso alguien no entendía del porqué del llanto infantil, entonces sólo se debería hablar de sencilla estupidez.

De lo diferente.


Un grupo casi tan malo como ellos mismos. No todos participan del gomoso espectáculo. Ella se para en cada esquina para ordenar. El se queda para obedecer.

Taxidermia


Ella tiene dos bolitas de carne en lugar de ojos. Llora humores de todos los colores. Yo tengo el corazón puntiagudo de tanto afilarlo. Lloro humores de todos los colores.