Profiriendo improperios precisos, me promete las praderas más expresas. Primor primaveral, aprende a preparar lo imprevisible, lo sorpresivo. Presta a la proclama, prefiere profanar lo principal, lo primordial de mi pragmática. Como próstata presa de la supremacía presentada, o prepucio precavido, pruebo apresarla en pretérito, en profunda prosperidad, en precoz privacidad. Pretendemos preparar el proyecto reprimido por prelados y pronuncios, practicas sorprendentes en las partes pretendidas previamente por ambos. Probablemente, predestinados, reprobemos a propósito las pruebas sólo para pronunciarnos como practicantes principiantes -no profesionales- de las prosas más preciadas por lo preciosas.