Sarna sin gusto



En la plena mudez del tiempo sin reojo, 
me permito no dormir. 

Intento nuevas preposiciones que me expliquen. 
Pago un desprecio que es entregado con demora y un olvido defectuoso. 
Compro una estupidez interesante, saco a relucir mis trapos viejos y miro la paja en el ojo ajeno. 
Sin siquiera intentar aprender de la experiencia, busco consuelo en las películas, pronósticos en los semáforos y en las junturas de las baldosas que no deben ser pisadas. 

Y sin embargo le digo sin decir, sin siquiera abrir la boca, sabiendo que lo sabe, que quizás sea así y así deba ser. 

Y si en una de esas me equivoco, en mi defensa menciono que nunca le caí bien al tiempo.