Espumosa


El bailecito de su pelo, esconde las algaradas más coquetas, más terribles.
Mano, cara, dedo, pecho, color calor colador de amargores.
De entre sus labios apretados se esconde la lejanía distintiva,
el desprecio profundo,
el disgusto encordado,
el horror de sus piernas,
los quince o dieciséis que sabemos de su alunado lugar.
¿Es que todo el mundo encuentra alzados a los ombúes?